viernes, 30 de octubre de 2015

Refugiados

Tema ultra difícil. Solo contaré brevemente la experiencia de hoy porque me tocó la fibra.
La estación central es siempre un caos, mucha gente, muchas maletas y este último tiempo muchos refugiados. Siempre se ven sentados en el suelo, reunidos, mirando sin saber mucho que hacer. Es triste, muy triste.
Hoy fui a buscar a C a la estación y mientras esperaba comencé a mirar mi entorno. Derrepente miré al lado de un quiosco un  adolecente sentado, con la frenfe apoyada a sus rodillas sin sacar su cara de ahí. Sus zapatos eran unas sandalias y sus pies los cubría con calcetines. Después de algunos minutos noté que lloraba, no había otra posibilidad. Le hablé en alemán pero no etendía palabra alguna, tampoco inglés, solo me decía: "Afghanistan". Traté con gestos y señales hacerles preguntas, pero solo meneaba la cabeza diciendo no, disculpa, no entiendo lo que dices. Como de manera automática, sacó un papel infimo de su bolsillo. Con mala caligrafía y escrito con un lápiz de palo color celeste tenía escrito, asumo, a la ciudad a la que debía ir. Le dije OK y me fui unos minutos de su lado. Le compré una sándwich en la panadería más cercana y se lo llevé. No me lo quería recibir. En señal de negación movía su cabeza una y otra vez. Se lo deje sobre su mochila, me agaché y le toqué sus brazos. Lo acaricié un momento y aunque sabía que no me entendería,  le dije (habría dado lo mismo si le hablaba español): " sé que no entiendes lo que hoy te digo, se que no me entiendes nada, pero todo estará mejor, acá podrás vivir tranquilo, saldrá todo bien". Me asintió con la cabeza, el amor es un lenguaje universal. Goofy que esperaba a mi lado se le acercaba estirando su lengua, trataba de lamerlo, él entendía su pena. Estas sociedades no son amigas de animales domésticos y menos de los perros, pero de cierta forma agradeció su gesto y esbozó, a lo que a mi parecer, fue una sonrisa. Le desee suerte y me fui llena de lagrimas en los ojos. Él volvió a agachar su cabeza y a tapar su cara entre sus piernas.


Somos ciudadanos del mundo, no de una región, eso lo inventamos nosotros. Puedo estar o no de acuerdo en muchas cosas respecto al programa de gobierno sobre esto, la dificultad de compatibilizar elementos religiosos y culturales entre otros. Pero antes que nada, somos todos seres humanos, y ninguno de nosotros eligió donde nacer y que apellido llevar. 
Jamás me convencerán de lo contrario: la mayoría de ellos NO quiere estar acá. Mientras muchos piensan en su camita calentita que esta lleno de oportunistas que se ganaron el loto llegando a Europa, yo solo diré que solo un imbécil puede pensar que ese es el primer pensamiento al que recurre esa gente cuando deja todo atrás. Yo que decidí estar acá sufro y muchas veces lo paso mal, no puedo imaginar que se sentirá estar en una parte que no quieres estar. Alargarme más está demás.

Saludos a todos

K!






1 comentario:

  1. De acuerdo en un 100%. Bonita historia y precioso tu gesto, uno lo ve por la televisión y dan ganas de correr a abrazarlos, te felicito por hacerlo!

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